Un regalo enorme
Hace un par de meses entró en la tienda una chica buscando sofás, según me dijo para un buen amigo, que le había pedido ayuda en la tarea de decorar su nueva casa. Probó y filtró hasta dejarlo en dos opciones, modelo Loto y modelo Boston, para que se pasase su amigo a verlos.
Ella se quedó prendada con el sofá Josephine que teníamos en la tienda, le gustaba para ella, le encantaría para su casa, pero según me dijo, hacía menos de un año que se había comprado un sofá nuevo. Una pena no habernos conocido antes...
El siguiente sábado vino con su amigo, y enseguida me di cuenta que eran de ese tipo de amigos, de los que hay pocos, amigos fraternales de toda la vida, casi familia.
A él le gustó mucho el modelo Loto, y su posibilidad de poner relax motorizados, así que finalmente compró un conjunto para su casa.
Ese mismo día la chica, comentó con resignación cuanto le gustaba el sofá Josephine, pero que ya no podía ser....Volvió a sentarse en él y se hizo una foto con buen sentido del humor. El lunes a primera hora de la mañana veo entrar en la tienda al chico, esta vez solo. Había decidido regalar el Josephine que teníamos en exposición a su amiga, pero quería mandárselo de sorpresa, por supuesto, no le había dicho nada a ella.
Así que, fui yo la afortunada mensajera que llamó a Raquel para decirle que tenía que llevarle a su casa, el maravilloso sofá morado de sus sueños, ese que según ella tenía una curva que la abrazaba. Se llevó una sorpresa enorme y estalló en una alegría muy contagiosa. Casi no lo podía creer, y decía, “gracias, gracias,....” y yo le decía: “A mí no me des las gracias, yo solo soy la mensajera”. Y ella respondió: - Ya, ya, es que me sale gracias, y es que este chico está loco… está loco...
De algo estoy segura… la próxima foto que se haga Raquel sentada en el Josephine, no será para tener un recuerdo de lo que “no podrá ser”, sino que será un recuerdo de “un momento feliz en el rincón preferido de su casa”.
Daria Ras
Ella se quedó prendada con el sofá Josephine que teníamos en la tienda, le gustaba para ella, le encantaría para su casa, pero según me dijo, hacía menos de un año que se había comprado un sofá nuevo. Una pena no habernos conocido antes...
El siguiente sábado vino con su amigo, y enseguida me di cuenta que eran de ese tipo de amigos, de los que hay pocos, amigos fraternales de toda la vida, casi familia.
A él le gustó mucho el modelo Loto, y su posibilidad de poner relax motorizados, así que finalmente compró un conjunto para su casa.
Ese mismo día la chica, comentó con resignación cuanto le gustaba el sofá Josephine, pero que ya no podía ser....Volvió a sentarse en él y se hizo una foto con buen sentido del humor. El lunes a primera hora de la mañana veo entrar en la tienda al chico, esta vez solo. Había decidido regalar el Josephine que teníamos en exposición a su amiga, pero quería mandárselo de sorpresa, por supuesto, no le había dicho nada a ella.
Así que, fui yo la afortunada mensajera que llamó a Raquel para decirle que tenía que llevarle a su casa, el maravilloso sofá morado de sus sueños, ese que según ella tenía una curva que la abrazaba. Se llevó una sorpresa enorme y estalló en una alegría muy contagiosa. Casi no lo podía creer, y decía, “gracias, gracias,....” y yo le decía: “A mí no me des las gracias, yo solo soy la mensajera”. Y ella respondió: - Ya, ya, es que me sale gracias, y es que este chico está loco… está loco...
De algo estoy segura… la próxima foto que se haga Raquel sentada en el Josephine, no será para tener un recuerdo de lo que “no podrá ser”, sino que será un recuerdo de “un momento feliz en el rincón preferido de su casa”.
Daria Ras
Carlos
13 de mayo 2020
lola,Lugo
10 de abril 2021
Dejar un comentario